Cuando deje de soñar despierta quiero dormir sin soñar.

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Mi abuelita nos dejó a principios de este año y no ha sido fácil. Tenemos todos las tranquilidad de saber que vivió su vida al máximo y que, consecuente a sus ideas, no quiso enfrentarse al deterioro. No quiso dejar de vivir su vida como ella quería y su cuerpo la acompañó en sus convicciones. Sin estar muy preparados nos dejó.

Todavía siento su ausencia como un agujero negro en mi interior. Todavía siento que en cualquier momento volverá y tendré de nuevo su mano entre mis manos para pasear juntas a buscar cosas bonitas o a comer delicioso en algún restaurante. Todavía creo que oiré su voz y sentiré su risa ronca tras la puerta. Sé que no será así.

Pero pese a que siempre he dicho que no soy creyente, hoy quiero creer. Quiero creer en mundos de fantasía en donde hoy mi abuela imagina historias. Quiero creer en las posibilidades de ser de otra manera, de estar sin un cuerpo que nos contenga. Quiero decir tranquila que creo.

Creo en los sueños y en que es posible que se hagan realidad, creo en los lazos afectivos que tan fuerte se crearon y en la herencia de una historia que me hace ser lo que soy. Creo en el amor, en todas sus manifestaciones. Creo en el pasado, pero para gozar el presente. Creo en el futuro. Creo en la creatividad como la posibilidad de soñar. Si soy creyente.

Ayer, por fin tuve el valor de leer un diario que mi abuela me escribió durante un par de años, cuando cumplí 18. Un cuadernito en donde amorosamente me cuenta historias de mi familia, me comparte sus sueños, me dice que me ama. Lloré largamente… pero no me sentí triste.

“Yo había heredado el espíritu aventurero de tu bisabuelo. Además solo tenía 17 años, no me importaba el futuro. Tenía el presente y muchas ganas de vivirlo intensamente.”

“Recuerdo los duraznos japoneses florecidos en el cerro de Santa Lucía, sin una sola hojita, con las flores pegadas a las ramas, con pétalos gruesos como cera.”

“No recuerdo haber amado el estudio en ningún momento de mi infancia ni adolescencia. Sólo lo amé cuando voluntariamente he querido aprender algo”

“Es lo que me ha seguido gustando toda la vida. De las muchas y variadas cosas que he hecho, lo que más me apasiona es el proceso de “descubrir e inventar”, una vez logrado lo que inicio, no me apasiona tanto.”

“Esa es otra de las características de nuestra familia. Ya te he hablado de las despedidas, pero las llegadas siempre han sido maravillosas.”

“Me ha costado muchos años de culpa, entender que a pesar de todos los errores que entonces pude cometer, lo que yo estaba buscando era ser “yo”.

“Mi gran sueño: cuando deje de soñar despierta, quiero dormir sin soñar”

 Miami junio 2007

12 pensamientos en “Cuando deje de soñar despierta quiero dormir sin soñar.

  1. las historias de este fin de semana van de la mano con lo que hoy leo. Juli, hermosas palabras. Creo que eres una creyente más fiel que cualquiera o que, inclusive, la mayoría, pues crees en lo puro, sin reglas y sin obligaciones. Me encantó esta entrada.

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  2. July que lindo es recordar a una de las personas mas amadas y queridas por todos, te enseño mucho de sabiduría, de amor y de tratar de ser uno mismo en todo momento. Te felicito y como lo he dicho muchas veces, eres una persona si se puede decir, sabia en todo lo que haces y dices.
    Felicitaciones y que sigas así, me encanta tu blog.

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  3. Hay muchas maneras de conocer a las personas, a tu abuelita, la conocí a través de maestras amigas que la admiraban y le tenían gran afecto, tu y Paloma tienen mucho de ella. Tu escrito, claro, sencillo y lleno de amor me conmovió muchísimo. Gracias por compartir sentimientos tan profundos. Es una suerte tener abuelas como Julia. Las huellas que dejó en ti, son tu mayor fortuna.

    Me encanta tu blog, felicitaciones.

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